Zadig, Hermes, el ojo izquierdo y el tiempo Por: Jesús J. Ortega Weffe En el famoso cuento de Voltaire, “ Zadig o el Destino ”, el protagonista (quien "creyó que podía ser feliz ", por poseer grandes riquezas -“y por consiguiente, con amigos”-, una buena salud, un físico atractivo, un espíritu justo y moderado; y un corazón sincero y noble), es herido por una flecha en el ojo izquierdo, en medio de la lucha por defender exitosamente a Semire, su bella y adorable prometida, del intento de secuestro por parte de los sicarios de Orcán, sobrino de un ministro. Lamentablemente, a pesar de las plegarias a los dioses de la amorosa Semire, en la ya profunda herida sobrevino un absceso que hizo temer lo peor. Hecho venir desde Menfis a Babilonia para atender su ojo herido, el gran médico Hermes le dictaminó que lo perdería; “predijo incluso el día y la hora en que debía producirse este funesto accidente”. La razón era para él más que obvia: “-Si hubiera sido el
- "No te enojes, Sancho, ni recibas pesadumbre de lo que oyeres, que será cosa de nunca acabar. Ven tú con segura conciencia, y digan lo que dijeren; y es querer atar las lenguas de los maldicientes lo mesmo que querer poner puertas al campo. Si el gobernador sale rico de su gobierno, dicen dél que ha sido un ladrón, y si sale pobre, que ha sido un parapoco y un mentecato".
-"A buen seguro" -respondió Sancho- "que por esta vez antes me han de tener por tonto que por ladrón".