U na amiga de FB, no importa su nombre, repite hoy en su muro, a través de la exposición de una seguidilla de interrogantes, las impepinables "poses" de los detractores sempiternos de todo cuanto acontece -¡qué curioso!- en el seno de los demócratas en Venezuela. Rara vez -y con corto aliento- dirigen esa acuciosa mirada savonarolánica (por el tristemente célebre religioso dominico nacido en Ferrara, Girolamo Maria Francesco Matteo Savonarola) a la dictadura; pero su agudeza se desmanda cuando se trata de "discernir" los oscuros pasajes de toda iniciativa, de toda idea, de todo discurso, de toda circunstancia alrededor de la alternativa democrática. Como es natural, también a veces aciertan, porque tampoco es que no se cometan errores y hasta desafueros de este lado de la película. Pero, para ellos, siempre el guión que nos toca es de terror. Cosa curiosa, siempre hacen las piruetas más impensadas para describir, en exégesis sublime y adelantada
- "No te enojes, Sancho, ni recibas pesadumbre de lo que oyeres, que será cosa de nunca acabar. Ven tú con segura conciencia, y digan lo que dijeren; y es querer atar las lenguas de los maldicientes lo mesmo que querer poner puertas al campo. Si el gobernador sale rico de su gobierno, dicen dél que ha sido un ladrón, y si sale pobre, que ha sido un parapoco y un mentecato".
-"A buen seguro" -respondió Sancho- "que por esta vez antes me han de tener por tonto que por ladrón".