Una de las consecuencias naturales del paso del tiempo es el cambio de los giros del lenguaje en medio de una sociedad. Algunos términos, refranes y expresiones decaen en su uso y otros nuevos se incorporan llenando el vacío dejado u otros vacíos, que siempre hay lugar disponible en la nave del idioma.
Asimismo, una misma palabra –aún en la misma época- puede tener significados totalmente distintos y desvinculados entre sí, según la zona geográfica donde se diga.
Con respecto a lo primero, siempre me llamó la atención, por ejemplo, la construcción de nuestro Himno Nacional (¿a ustedes no?). Sobre todo cuando dice que al santo nombre de la Libertad, tembló de pavor el vil egoísmo que otra vez triunfó.
Por más que Herrera Luque nos contara cómo se cantaba la canción de Salias y Landaeta durante la Emigración a Oriente huyendo de Boves, lo que podría hacer inferir que era una canción plañidera frente a la adversidad, me cuesta imaginar a un “egoísmo” (o cualquier otra cosa o persona), vil por más señas y que nuevamente triunfaba (otra vez triunfó), en trance de estar temblando de pavor. Aunado a que el Gloria al Bravo Pueblo, es cualquier cosa, menos una canción plañidera y quejosa.
Confieso que aquello me inquietaba en mis años de primaria. Afortunadamente tuve una Maestra excepcional (sin lugar a dudas, la mejor Maestra del mundo… y miren que no soy de los que digo que las mejores hallacas son las que hace mi Mamá), Beatriz Alfonzo de Romero, a quien le expreso todo mi afecto y reconocimiento y ruego a Dios que goce de excelente salud, en compañía de su también ejemplar esposo, el Maestro Gregorio.
Pues bien, mi maestra de primaria (lo fue desde cuarto hasta sexto grado; en virtud de no sé qué afortunado plan del Ministerio de Educación), ante mi duda con el Himno, me enseñó en mi tierna infancia la existencia y significado de la palabra “otrora”. En efecto, el Himno se refería a la derrota del ahora tembleque egoísmo, que sin embargo, otrora (otra vez) había triunfado.
Con respecto a lo segundo, baste al (la) lector(a) preguntarle a un margariteño el significado de la palabra “chola”; y repetir la experiencia luego con un maracucho. Dejo a su espíritu de investigación esta tarea.
Ahora bien, los mencionados pueden ser ejemplos de confusiones inocentes,distintas de la tergiversación taimada y premeditada para hacer creer que las palabras significan una cosa distinta de lo que, simplemente, dicen.
Igualmente, el muy viejo “donde dije “Digo”, no digo “Digo”, digo: Diego” es una castiza burla a quien comete un desliz al decir algo y pretende aparatosamente excusarse corrigiéndolo después; pero tratándose, asimismo, un error inocente, un lapsus.
Pero con el Libertador Bolívar (como diría Lázaro Candal: ¡Ay, Bolívar!)… ¡cómo se cometen desafueros, manipulaciones y tergiversaciones!
La más popular es la que tiene que ver con sus últimas palabras, atribuyendo a la palabra “partido” (galicismo usado por quien creció en la época en que un adinerado terrateniente y mantuano, que eso era Bolívar, debía hablar correctamente el francés) la acepción de organización política que tiene hoy; cuando se refería a facción, división.
Bolívar hacía un llamado a la unidad y sus manipuladores lo han puesto a ser adalid de la antipolítica.
Sin embargo, nada, absolutamente nada, como la versión del oficialismo en la voz de Earle Herrera, en la Asamblea Nacional, sobre el extracto del Discurso de Angostura en que Bolívar se refiere al Gobierno Perpetuo.
No… ¡es que es para coger palco!…
El extracto es éste:
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“La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana, y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado, que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente.” |
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“Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder.” |
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“…porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder” |
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